Hasta Santos lo detesta. Angelino Garzón el ejemplo del clásico traidor. |
Domínico Nadal, NotiColombia
Press
Personaje despreciable como
el que más, el traidor es odiado por todos. Por los que traicionó y por los
nuevos amos a los que sirve.
Trotskista de la época de los
70,
traicionó a sus antiguos co-militantes y empacó maletas a buscar nuevos
rumbos, es decir, se fue para el PCC, partido que generoso le otorgó el Carné
–o no sé si se lo dieron- y lo subió a las más altas magistraturas del pueblo.
Llegó a ser presidente de la CUT,
no por su inteligencia y firmeza ideológica, sino porque era militante del PCC
, y el partido premia a los “cuadros” que se destacan.
Mas el que traiciona una vez,
traiciona diez, como las mujeres u hombres infieles por enfermedad, al PCC también lo
traicionó. Y se volvió URIBISTA! Tremenda voltereta! Y después, por el ansia de
un cargo que solo sirve para personajes oscuros como Pacho Santos, o como él,
se volvió SANTISTA. Qué horrors.
Ejemplarizaba así Angelino al
personaje esquirol de siempre que se vende por
un plato de lentejas, o por menos. Además demostraba que a la oligarquía le
importaba un carajo de dónde viene el nuevo sirviente con tal de que les sirva
bien. Y como al traidor todo el mundo lo desprecia le montaron lo de la
“candidatura a la OIT”,
con dineros pagos por el estado colombiano, o sea, con la plata de todos los
colombianos, como hizo Gaviria Trujillo con la candidatura a la OEA (aunque el oligarquito de
“bienvenidos al futuro” –ya sabemos cuál futuro-).
Y es que dan asco. Imagino la
cara que ponen cuando lo ven llegar con su barriga grasienta y su cumbamba
española. Ahí viene otra vez, Angelino, dicen que dicen cuando lo ven llegar a la Casa de Nari. Y él, impávido,
que no se da cuenta de los gestos de desprecio pero los vé todos, les sonríe
con su sonrisa burlona y de sorna, y les dice: “Aquí estoy yo, otra vez”. Y la
baba se le escurre por las comisuras labiales.
Y dicen que dicen: “Y ahora
que vamos a hacer con éste pegote”, igual como dicen las antioqueñas cuando no
quieren a un pretendiente. Este “está más pegado (al poder) que cartel de
político en alcaldía”. Qué lo pondremos a hacer?, se pregunta Santos el
gangoso. Ya sé, dicen que dijo, va a ser el “comisionado de paz”. Pero,
presidente, usted dio que “en la
Agenda del gobierno no están los diálogos ni la paz”. Ustedes
son brutos acaso, pongan a funcionar su neurona, precisamente por eso lo
pondremos como comisionado.
Su vida –la de Angelino- ha
sido un rosario de traiciones. Por ello lo desprecian. Por ello le aplican la
máxima que él recitaba en las charlas que daba en Cali: “No hay que comer cucarachas para saber a lo que saben”.
Jerto, Angelino, oí pues?