La Marcha Patriótica es quizás la suma de los movimientos sociales en Colombia, aglutina 1700 organizaciones. |
Por Horacio Duque Giraldo
El conjunto de acciones y
decisiones que movilizan a los grupos humanos en defensa de sus intereses, bien
puede ser nombrado como Movimiento Social. Este produce su organización, y no
al revés, aunque la organización conduce al movimiento/acción social.
En
los últimos meses se registran diversos puntos de expresión del movimiento
social colombiano, hay una sociedad civil en emergencia, que confronta de
manera contundente el orden despótico de la clase dominante, en ámbitos
diversos de la vida pública, me refiero al nuevo orden educativo/pedagógico/ universitario
promovido de manera autoritaria por la Unidad Nacional,
erosionado por el movimiento social de los estudiantes universitarios a lo
largo del año 2011.
La
paz, los derechos humanos, el derecho a la ciudad, la feroz crisis de la salud,
la ausencia de servicios públicos, el derecho a la movilidad, el desempleo y su
precarización en la informalidad, la vulneración de los derechos de la mujer,
las victimas de la violencia, la minería extractiva, la defensa del
agua, la inseguridad y la corrupción, son fenómenos sociales que apalancan el
surgimiento de nuevos y potentes movimientos sociales.
MARCHA PATRIÓTICA, MANE, Congreso
de los Pueblos, Cric, Minga Indígena, Movice,
Comunidades afrodescendientes, usuarios del transporte, asociaciones de
mujeres, sindicatos, son denominaciones que identifican los nuevas
subjetividades rebeldes nacidas abajo de la sociedad y adentro de la vida, en
Colombia. Son más que meros actores sociales que operan subordinados al Estado
y los poderes sociales dominantes.
Sin
embargo, es notable la preocupación en los propios movimientos sociales y en
líderes destacados de los mismos por las limitaciones políticas que se
registran, por la falta de coordinación y por el acotamiento de su
potencia intrínseca.
Con
excepción del poderoso movimiento estudiantil que lidera la Mane, cuya acción destruyó el
recetario neoliberal promovido por el Estado, el resto de movimientos sociales
aún no deja sentir la contundencia de sus demandas; sin demeritar las virtudes
políticas e históricas de la Marcha Patriótica y su sorprendente movilización
desde la periferia hacia el centro del sistema dominante en Bogotá.
EL IDEAL SERÍA QUE EN estos
tiempos (2012), el nuevo ascenso de los Movimientos Sociales y sus luchas de
masas, urbanas/agrarias/sectoriales, impliquen una real acumulación de fuerzas
(la fuente de su potencia) para que confronten tanto la "estabilidad"
del régimen de la
Unidad Nacional del señor Santos, como el perpetuo monopolio
político de las clases dominantes, pues los movimientos sociales de masas
emergentes están hoy desempeñando un papel fundamental en el seno de la
oposición global antiologarquica.
Lo
cierto es que la acción directa de los movimientos sociales esta eclipsando de
manera notable la ingeniería electoral y su turbio diseño de
"democracia delegativa" (o representativa), desplazándose con el
paso del tiempo de la protesta y la rebelión hacia la lucha por el poder del
Estado.
PERO PARA QUE LOS
MOVIMIENTOS Sociales den un salto cualitativo en su lucha
política por el poder, la unidad y coordinación de la Izquierda, es un requisito
insoslayable. Son las fuerzas políticas con altos niveles de
cohesión/organización las que están apalancando la contundencia revolucionaria
de los movimientos sociales como lo hemos presenciado en Egipto, en Túnez,
con los Indignados de España, los Ocupas de New York y los "Enojados"
universitarios mexicanos que prácticamente están dando al traste con
el intento horroroso de regreso del PRI, que quiere dominar otros 70 años,
empezando con su actual candidato Peña Nieto, en franco
quiebre mediático y electoral.
Son
ejemplos de referencia en nuestra brega política cotidiana. En nuestra
preocupación intelectual para aportar a la realización del
Paro Cívico/Político del 12 de Octubre contra el Neoliberalismo y los
males que produce en nuestra sociedad.