Antonio
Hernández Góez / Viernes 1ro de junio de 2012
Resolví tomar
atenta nota de las reacciones que causa en los colombianos de a pie el show
mediático armado desde los grandes medios de comunicación nacional al “show
mediático” desplegado por las FARC desde Montañitas, Caquetá, y sinceramente no
se si reírme o enfadarme; si me río soy la persona más mala del mundo por no
conmoverme ante “un secuestro” (que siendo objetivos más pareció una acción
humanitaria que le salvó la vida a Romeo Langlois) y si me enfado: soy la
persona más mala del mundo por no indignarme ante “el intento fallido” de
manipular “la verdad” de los “terroristas de las FARC”, ante cualquier reacción
“seré una muy mala persona”.
Siendo así parece
ser que en Colombia solo quedan dos opciones ante cualquier hecho de paz por
parte de la insurgencia: rechazarlo (en el más condescendiente de los casos) o
repudiarlo (para no ser señalado de colaborador -si son benévolos mis jueces o
comandante de algún frente urbano en caso de que me quieran regalar una
lápida).
Si no creen lo
que digo (a la larga solo es mi opinión) recopilo para ustedes mis lectores
algunas frases que encontré por ahí en el basto pero poco profundo océano de
información que ofrecen los medios de comunicación nacionales de Langlois y las
respuestas “del pueblo colombiano” (este sí, bien entre comillas) con horrores
de ortografía y todo:
− Langlois: “me
trataron bien”.
− “Pueblo
colombiano”: ”Tan marica, porque no se quedó allá... estas maricadas son las
que dan puteria, ese tiro no debió darle en el brazo..”.
− Langlois: “el
ejercito colombiano no tiene ninguna responsabilidad en los hechos”.
− “Pueblo
colombiano”: “La verdad es muy raro que la guerrilla estuviera esperando a la
policia, en una operacion antinarcoticos y que luego el "periodista"
que cubria la operacion, huye buscando a la guerrilla......¡¡¡¡ no seria que el
señor romeo, ya habia indicado a la guerrilla lo que pasaria y donde para que
esperaran a la tropa y luego se fue de paseo con sus amigos.....!!!”.
− Langlois:“Mi
secuestro, como las palabras de Uribe, son una farsa de mal gusto”.
− “Pueblo
colombiano”: Langlois, ¿qué hacía en Colombia? ¿Qué relación tenía con Farc?.
Es tal el grado
de polarización existente en Colombia que existen dos tipos de personas: Los
que quieren la paz (los malos) porque entre ellos se encuentran las FARC y el
ELN, parte del pueblo colombiano y del gobierno de Juan Manuel Santos y los que
quieren seguir en la guerra (los buenos) porque entre ellos se encuentra todo
el uribismo y también parte del pueblo; otros: no saben no responden. Validando
esta lógica mediática se entiende todo:
Si el gobierno
hace un gesto de paz: es cómplice de la guerrilla (que son los malos).
Si el gobierno
intenta arregla las relaciones con los vecinos entonces es de los malos porque
los vecinos albergan a los malos.
Si algunos
colombianos marchan para exigir el fin del conflicto y que se de soluciones a
los problemas que lo originaron entonces son el brazo político de la guerrilla,
también son malos.
Si algún
periodista dice que el cubrimiento del conflicto se debe abordar desde una
óptica distinta, también es malo porque así piensan los medios de las
guerrillas.
Si alguna
colombiana o colombiano habla o hace algo por la paz, habla y hace algo por y a
nombre de los malos.
De todo esto
puedo extraer unas cuantas buenas enseñanzas y una que otra pregunta:
Enseñanza 1: Si
soy secuestrado no puedo sonreír ni transmitir alegría al momento de mi
liberación, porque seré de los malos.
Enseñanza 2: No
debo criticar el trabajo de los medios de comunicación colombianos (de nuevo
seré de los malos).
Pregunta 1: Si
los malos no le colocaron la bomba al ex-ministro Londoño (uno de los
excelentes que es mucho más que bueno), ¿quien se la puso: “los buenos”?.
Pregunta 2:
¿Tienen derecho de matar “los buenos”?, ¿Qué tan buenos son entonces?
En conclusión los
medios de comunicación nacionales lo han puesto todo patas arriba: si quieres
la paz eres malo, si quieres la guerra eres bueno.