Las ganancias de Pacífic Rubial Energy están manchadas de sudor y sangre obrera
Editorial ANNCOL
NO ES UNA SORPRESA que al mismo tiempo que estrenaba un nuevo libro sobre el exterminio
del sindicalismo en Colombia, fue asesinado por sicarios al servicio del gran
capital transnacional el líder obrero Milton Parra Rivas.
A esas mismas horas fue firmado el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre
la Unión Europea y Colombia, y el gran capital colombiano y el capital
financiero especulativo, festejaban.
Y para coronar estos sucesos que aún más refuerza los sectores
explotadores del capital humano obrero colombiano, hace apenas unos días la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ese organismo antivenezolano,
tomó la decisión de bajar al Estado Colombiano de su lista de países en los
cuales se violan los derechos humanos, por orden del Patrón en el Departamento
de Estado.
Estimulados por esas “victorias”, el Congreso Nacional concluyó su
debate sobre el Fuero Militar, reafirmando su decisión y deseo de institucionalizar
la impunidad y el Terrorismo de Estado, aprobando el Fuero Militar.
“ESTO ES UN APERITIVO de lo que nos espera”, decía un líder sindical en Puerto Gaitán,
localidad del departamento del Meta, reconocido por sus luchas populares y
campesinas durante el último siglo y ahora objeto por una explotación de los
recursos humanos y naturales por parte de la transnacional canadiense Pacífic
Rubial Energy.
Además de que los obreros petroleros son objetos por los peligros
en su trabajo, son objetivos militares del Terrorismo de Estado si cuestionan
el poder patronal. En Puerto Gaitán, donde opera Pacífic Rubial Energy, los
paramilitares estuvieron casi dos décadas “limpiando” la región de oposición
popular, matando a miles de colombianos civiles como ahora mataron a Milton
Parra Rivas. El sindicato USO, que organiza a los obreros, ha enterrado 113 de
sus afiliados en las dos décadas recientes, asesinados ¿por quién? Saque sus
propias conclusiones.
¿Y cómo son las condiciones de los trabajadores? Los obreros trabajan,
como denunció en Oslo el comandante guerrillero Iván Márquez, dos jornadas (2x8
horas) durante 21 días sin pausa, por un salario miserable. La empresa
aprovecha lo que los empresarios neoliberales llaman el “Mercado Flexible” que
no es otra cosa que la palabra inglesa “outsourcing”, es decir, tercerización
de la fuerza laboral.
Las subempresas, muchas veces constituidas por los mismos obreros,
emplean la gran masa trabajadora mientras la empresa “Mater” mantiene solo un
núcleo de trabajadores indispensables para el funcionamiento de la empresa. Así
se lavan las manos los capitalistas locales y extranjeros de su responsabilidad
social y laboral como seguro social, pensión, transporte, contratos colectivos,
etcétera. Y estos temas han sido los catalizadores de la explosión social y
popular en Puerto Gaitán, son 10.000 obreros que ya no soportan ni aceptan las
condiciones laborales y económicas de una esclavitud moderna y se han rebelado
contra esa dictadura empresarial, apoyada como siempre por los organismos
represivos del Estado.
¿Y la perspectiva para la empresa? Solo basta mirar los títulos de “Portafolio,
DINERO y otros medios económicos del mundo empresarial y uno se da cuenta que
la rentabilidad no puede ser otra cosa que ¡MUY BUENA! Este año las ganancias
se han duplicado, nos informan los medios mencionados, a 458 millones de
dólares. ¿Gracias a quién?
La mesa del Diálogo tiene mil temas a abordar. El pueblo trabajador
colombiano no va a quedar quieto y satisfecho por unas firmas que congelan el Statu
quo entre Capital y Trabajo. Si no es ahora, cuando el movimiento armado
negocie sobre la realidad colombiana, ¿cuando será?
Bogota 2012-12-14